Nadie puede negar que las historias enseñan. La moraleja de un cuento, el argumento de una película o de una novela, activan en nuestro cerebro los mecanismos de análisis crítico propios de nuestra especie. Tomamos partido, nos identificamos con la causa de uno u otro personaje, nos emocionamos.

Y el cómic, o historieta, como prefieras llamarlo, es un tipo de narración con estructura y características propias, siendo sus elementos compositivos esenciales la viñeta ilustrada y el diálogo encerrado en globos.

Algunas definiciones

El escritor de cómics y ensayista norteamericano Scott Mc Cloud, en su obra Entender el cómic. El arte invisible, de 1993, define al cómic como “ilustraciones yuxtapuestas y otras imágenes en secuencia deliberada con el propósito de transmitir información y obtener una respuesta estética del lector”.

Pablo Cardeñoso, en un artículo para la Revista Pedagógica Tabanque nos ofrece una definición más escueta: “género literario en el que las imágenes son tan importantes como las palabras”.

El multipremiado escritor y semiólogo Umberto Eco dijo del cómic que es “un producto cultural que funciona según una mecánica de persuasión oculta, presuponiendo en el receptor una postura de evasión que estimula de inmediato las cualidades de los creadores. Las historietas en su mayoría reflejan la implícita pedagogía de un sistema y funcionan como un refuerzo de los mitos y valores vigentes”.

El cómic en la cultura popular

La historia en nuestro país ha tenido y sigue teniendo un rol preponderante como representación cultural. Ya en 1935, Dante Quinterno, padre del indio Patoruzú, había fundado el primer sindicato de historietistas argentinos. El 04 de septiembre de 1957 Héctor Oesterheld, creador de El Eternauta lanzó el primer número de la revista Hora Cero Semanal, distribuido por la editorial Frontera. A través de ella llegaron al público emblemáticos personajes como el Sargento Kirk, Randall The Killer y Ernie Pike, entre otros. Actualmente todos sus números se encuentran disponibles en formato digital en el Archivo Histórico de Revistas Argentinas, y el 04 de septiembre se conmemora el día de la historieta nacional.

El cómic como herramienta pedagógica

La escritora y profesora brasileña Marly Amarilha, en La contribución del género historieta al desarrollo de la lectura (2009) afirma: ” la utilización de la parodia de la parodia en el cómic es una herramienta pedagógica relevante para la formación lectora, ya que el niño debe emplear sus conocimientos previos para establecer las relaciones intertextuales entre lo que lee. Al hacer el trayecto de lo que conoce; la historieta, para el descubrimiento de las referencias a las historias allí citadas, el alumno actualiza el patrimonio literario y se convierte en un lector competente. La historieta incentiva el placer de la lectura y mejora la escritura de los estudiantes. Docentes y bibliotecarios deben conocer sus características y particularidades para planificar actividades didácticas en torno al cómic.

La Revista Iberoamericana para la Investigación y el Desarrollo Educativo (RIDE) realizó un experimento en el Instituto Politécnico Nacional de la Ciudad de México. A treinta estudiantes de la carrera de ingeniería biomédica se les encomendó elaborar una historieta. Las etapas de su ejecución fueron establecidas de acuerdo al proceso de aprendizaje y avance del semestre en curso, que tenía como eje los aspectos técnicos de la generación de energía eléctrica, los cuidados en el manejo de la electricidad, y las características de las instalaciones eléctricas.

En la primera etapa los estudiantes formaron grupos de cinco personas y recibieron las instrucciones pertinentes: debían usar hojas de papel de tamaño carta, no excederse de las diez páginas, dos viñetas como mínimo en cada una, ilustraciones a color o en blanco y negro y los trabajo debían estar terminados y entregarse en un plazo de una hora y media.

A continuación se les presentó la situación de la que partirían la historia: en el capítulo anterior, el héroe Super Electrón cae en manos de las temibles cargas golosas de energía que planean acabar con la subestación eléctrica del planeta electromecánico de la galaxia UPIBIANA. Cada grupo designó guionistas y dibujantes, y se pusieron manos a la obra.

Cumplido el tiempo de entrega, los equipos evaluaron entre sí los trabajos, haciendo hincapié en los criterios Creatividad, Pertinencia con los temas de la asignatura, Coherencia en la historia desarrollada.

Al realizar un breve cuestionario a los participantes, el equipo de la RIDE descubrió que el 95% se sintió cómodo expresando artísticamente sus conocimientos teóricos. Mientras que el 5% restante manifestó que al tratarse de una actividad basada en la representación visual de conceptos abstractos, no pudo desenvolverse con la misma facilidad que al utilizar operaciones matemáticas o pruebas de laboratorio.

Para ir cerrando

Personalmente, soy un confeso fan de Mafalda. La leo desde que sé leer. Y aunque en las primeras etapas de mi desarrollo cognitivo, mi mente infantil no podía entender y por ende disfrutar el maravilloso sentido del humor de Quino, sus tiras me enseñaron nombres de lugares y personajes importantes de la historia de mi país. Lo mismo, seguramente, les ocurrió a otros niños siguiendo las aventuras de don Inodoro Pereyra, Clemente o Patoruzú.

El cómic, o historieta, como prefieras llamarle, incentiva la lectura por placer y mejora la escritura. Enseña Historia, Geografía, Política y también algo de Biología. Asique la próxima vez que alguien te critique por perder el tiempo leyendo historietas, tengas la edad que tengas, explicale a ese pobre ignorante que te estás educando, y recomendale alguna tira para que empiece él tambien.